viernes, 8 de julio de 2011

Capítulo 6: El rompecorazones de Schoomaker y vendetta al estilo Lena Williams

Después de bajar "a medias" al mundo real, Schoomaker y yo fuimos hasta la biblioteca. Intenté aparentar tranquilidad, cosa que no conseguí. Al entrar, vimos que Penny y Kevin estaban sentados en una mesa del primer piso mirando muy interesados el ordenador. Le silbé a Penny, y al momento recogió el ordenador y se levantó de la mesa arrastrando a Kevin con ella. Les hice una seña con la cabeza para que me siguieran. Salimos de allí con ellos siguiéndonos los pasos. Caminamos por todo el edificio principal, llegamos al hall y salimos por la puerta principal. Fuera hacía un calor espantoso. Caminamos hasta nuestra residencia y subimos en el ascensor hasta nuestro piso. Recorrimos el pasillo hasta nuestra habitación. Abrimos la puerta y entramos todos. Nat y Jerry nos esperaban sentados en la cama de Nat. Cerré las ventanas y la puerta con pestillo. Cuando me aseguré de que no nos podía escuchar nadie, grité:

- ¡CONSEGUIDO!

Todos empezamos a gritar y a dar saltos de alegría mientras nos abrazábamos unos con otros.

- ¡Y ahora a celebrarlo! - grité.

Penny bajó al salón a por provisiones. Cuando volvió, regresó con muchas bolsas de patatas y cacahuetes y mini bocadillos, y con Charlie y Johnny cargando con coca-cola. Lo pusimos todo en el suelo y empezamos a comer mientras bromeábamos y contábamos la aventura.

- Y abrimos la puerta de la profesora Linton con la horquilla de Williams…

- Y menuda explosión que hubo en el laboratorio…

- ¿Os castigaron?

- Solo tuvimos que limpiar el laboratorio, no fue para tanto…

Yo me encontraba en otro mundo. Parecía como si estuviera viendo todo lo que pasaba como si fuera otra persona. Parecía que yo estuviera viendo una película en el que era la espectadora y el resto del grupo los protagonistas.

Después de que los chicos se fueran, nosotras hicimos lo mismo, ya que teníamos clases por la tarde. Cogí mis cosas en silencio y me dirigí hacia el aula de Teatro.

Cuando me habían matriculado en el colegio, había tenido que escoger entre Música y Teatro. Había hecho Teatro en mi antiguo instituto, por lo que cuando tuve que escoger, no me supuso ningún problema la elección.

Allí me esperaba el resto de la clase y la profesora Callahan, también profesora de arte, que nos daría esa materia. Patrice Callahan era muy alta, tanto que no necesitaba el uso de tacones, y parecía albina de tan claros que eran sus ojos, su piel y su pelo.

Me senté en uno de los sillones repartidos por toda el aula, junto con Nat, Penny y Charlie. La profesora comenzó a hablar.

- Bienvenidos a la clase de teatro. Me alegra de que hayáis escogido esta clase, ya que es una clase muy entretenida que no tendrá exámenes. La forma de exámenes serán las obras de teatro, que representaremos al final del trimestre. Y bien, quería que eligierais algún monólogo para ver vuestras facultades para el teatro y que vinieseis aquí al centro a representarlo. Por favor, escoger de entre los libros de la estantería un monólogo.

Toda la clase fue hasta la estantería. Cogí un libro de monólogos famosos de mujeres. Tras hojearlo, me fijé en el monólogo de Scarlett O'Hara en "Lo que el viento se llevó", y decidí que interpretaría ese. Estuve mirándolo hasta que la profesora Sullivan llamó nuestra atención.

- Bien, quiero empezar por algunos. Por ejemplo, señorita Clarkson. ¿Qué va a interpretar?

- Un monólogo de Julieta Capuleto.

- Comience entonces.

- ¡Oh fraile consolador! ¿Dónde está mi esposo?...

- Señorita Clarkson, ¡no le pone usted sentimiento! ¡Siéntese! A ver, señor Schoomaker, recite. ¿Qué va a recitar?

- A V, de la película V de Vendetta

- Recite.

- "¡Que me acuerde de ti! ¡Sí, sombra, desventurada, mientras la memoria tenga asiento en este desquisado globo!... ¡Que me acuerde de ti! ¡Sí, borraré de las tabletas de mi memoria todo recuerdo trivial y vano, todas las sentencias de los libros, todas las ideas, todas las impresiones pasadas, que copiaron allí la juventud y la observación! Y sólo tu mandato vivirá en el libro y volumen de mi cerebro, sin mezca de material vil. ¡Sí, por los cielos!... ¡Oh, la más inocua de las mujeres!¡Oh, villano, villano, risueño y maldito villano!... ¡Mis tabletas!¡Bueno será apuntar que puede uno sonreír y sonreír, y ser un villano! A lo menos estoy seguro de que ello puede suceder Dinamarca."

Vale, tenía que decirlo. A Schoomaker se le daba muy pero que muy bien el teatro.

- ¡Muy bien! ¡Precioso! Siguiente, señorita Williams. ¿Qué va a interpretar?

- A Vivien Leigh interpretando a Scarlett O'Hara en "Lo que el viento se llevó"

- Recite.

- "A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme, sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!".

- ¡Perfecto! Siéntese señorita Williams. Y ahora el siguiente.

La profesora Sullivan audicionó al resto de la clase, y al rato llamó la atención del grupo.

- Bien, ya he elegido a los protagonistas. Por favor, presten atención. El señor Schoomaker y la señorita Williams son los elegidos para interpretar a Romeo y Julieta en la obra de teatro "Romeo y Julieta".

¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿QUÉ???????????? ¿Tenía que interpretar a Julieta Capuleto con Schoomaker? ¡No! ¡No! ¡Me negaba! ¡Ni en sueños!

Tenía que estar en un estado de shock total, ya que Nat me miraba preocupada.

- Lena, ¿te pasa algo?

- Esto es un sueño, ¿verdad? Ahora sonará el despertador y me despertaré quejándome de que no he dormido lo suficiente… Aunque tal vez esto no sea un sueño, sino una pesadilla…

- Lena, ¡no alucines! ¡Estás más despierta que yo!

- Entonces pellízcame o haz algo.

- Como tú digas - Nat me pellizcó el brazo y yo reprimí un grito, que sonó como un quejido - ¡Ay! ¡Tampoco hacía falta que hicieras daño!

- Era para que estuvieras segura de que estás despierta. Y la clase ha terminado, así que ya nos podemos ir. - Nat llevaba razón, miré a mi alrededor y quedaba poca gente en clase.

- En marcha entonces. - respondí.

- Por cierto, tenemos matemáticas ahora.

- ¡Mierda! ¡Corre!

La clase de matemáticas se me pasó pronto entre números e inecuaciones. Terminé las clases más confundida que antes y con deberes para el día siguiente. Fui hasta la biblioteca para hacer los deberes y estudiar algo. Necesitaba estar sola y tranquila para poder pensar, cosa que no encontraría en una habitación con tres chicas más. Después de estudiar, cogí mi Mac y miré el correo. Tenía dos mensajes nuevos:

"De: Lily Westwood

Mensaje: Hola cariño. ¿Que tal en el internado? Espero que bien. Sabes, ya te echo de menos, y eso que solo hace dos días que no estoy contigo. La abuela también te echa de menos. Quería preguntarte una cosa, ¿puedes conseguir un permiso para pasar el día de Acción de Gracias con tu abuela y conmigo en Los Ángeles? Quiero que lo celebremos juntas. Por cierto, tu padre me llamó el otro día para decirme que quería ir a la próxima junta de padres. Creo que la bruja de tu madrastra espera ver como te echan la bronca delante de todo el mundo. Pero dejando aparte eso, espero verte pronto. Te quiere, Mamá"

Decidí contestarle en el momento:

"Mamá: El internado bien. No me han castigado por el momento (mentira podrida), mañana tengo un examen. Mis compañeras de habitación son estupendas y la gente de aquí es genial, a excepción de, bueno, de una persona. Prefiero no hablar de él. Y bueno, yo también quiero pasar el día de Acción de Gracias con vosotras. Y no me apetece NADA ver a papá. ¿Por qué la bruja de mi madrastra se empeña en amargarme la vida? Ni idea pero paso de ella.Yo también os echo de menos, Lena.

PD: ¡Necesito que me mandes más libros!"

El otro mensaje era de mi padre.

"Hola Lena:Tenía ganas de hablar contigo. Desde que te dije que te iba a meter en el internado no me coges el teléfono. No entiendo por qué, si yo quiero lo mejor para ti. Por si tu madre no te lo ha comentado, el día de la junta de padres, Courtney y yo iremos a verte.Hasta ese día,Papá.

PD: Courtney te manda saludos."

Con un cabreo impresionante después del correo de mi padre, apagué el Mac. Nat apareció en ese momento para aliviarme.

- Te veo cabreada. ¿Te pasa algo? - me preguntó ella.

- Pues tengo un padre completamente idiotizado y una madrastra peor que Blondie Fox. ¿Te sirve de explicación?

- Eh, tranquilidad Helena, que yo no te he hecho nada.

- Perdona Nat, un mal día.

- ¿Necesitas hablar?

- Por favor.

- Pues acompáñame. Te llevaré a algún sitio más privado.

Cogí mis cosas y Nat me cogió del brazo y me sacó de allí, llevándome hasta nuestra habitación, que estaba vacía. Me tumbé en mi cama y Nat se sentó en la suya:

- ¿Que te pasa?

- Pues, dios, esto es demasiado lioso… Christopher me besó.

- ¡¿QUÉEEEEEE?! ¡¿Cómo que Christopher te ha besado?¡

- ¡Lo que oyes! ¡Y es muy lioso! ¡Porque me dijo que yo no sabía hasta que punto le gustaba yo! ¡Y yo no entiendo nada, porque hasta ayer me odiaba! ¡Y no se si me está devolviendo lo del castigo o le gusto! ¡Y no sé que hacer! ¡Y añádele lo del divorcio de mis padres y tener que venir aquí! ¡Y todo se ha vuelto loco! - y me eché a llorar. Nat me abrazó.

- Lena, no te preocupes, todo es difícil al principio, entre lo de Chris añádele toda la tensión acumulada durante estos meses. Tómate las cosas con calma, ya verás como estás mejor.

- Gracias por el consejo Nat.

- De nada. Pasa eso están las amigas, ¿no?

- Para eso están - dije mientras la abrazaba. - Gracias por ser mi amiga.

- De nada. ¿Sabes que? Esto podría ser el principio de una bonita amistad.

- ¿Esa frase no es de Casablanca? - le pregunté.

- Lena, créeme, eres una friki del cine antiguo.

Y yo y mi nueva mejor amiga nos echamos a reír.

***

Al día siguiente, estaba tranquilamente durmiendo en mi cama cuando mi diablesa particular me despertó a almohadazos.

- ¡Lena, Lena, Lena! ¡Despiértate! ¡Tenemos que ir a clase!

- ¡5 minutos más! - supliqué.

- ¡No! ¡Que tenemos el examen por el que nos hemos arriesgado a romper como unas 20 reglas del colegio a primera hora!

- ¡Voy!

Y diciendo esto me levanté corriendo. Corrí al lavabo y me lavé los dientes con prisa. Al volver a la habitación vi que las demás ya estaban vestidas. Me apresuré a ir al armario a coger el uniforme. Me vestí con una falda azul marina de tubo, una básica blanca de tirantes, hecha de seda, una americana roja a la que había mandado bordar el escudo del colegio, me puse un colgante-babero de piedras azules, me calcé las sandalias de tacón rojas y me até el pelo en una coleta con una cinta roja. Cogí la fotocopia del examen que había traído Johnny la noche anterior y que habíamos rellenado y salimos corriendo, llegando a tiempo a la mesa del desayuno. Johnny, Kev, y Jerry nos esperaban terminándose el desayuno.

- ¿Qué? ¿Se os pegaron las sábanas? - bromeó Jerry.

- A Lena solamente - respondió Nat riéndose.

Me reí y me serví una taza de café con leche y galletas de chocolate blanco. Fue cuando me di cuenta de que faltaba Christopher.

- ¿Y Schoomaker? - le pregunté a Johnny.

- ¿Y ese interés repentino por Chris? - preguntó riéndose Jerry.

Puse los ojos en blanco y no hice caso a su pregunta.

- Lena, no calles, responde a la pregunta de Jerry. - dijo Kev.

- Eso, o llamaremos a nuestros amiguitos de la mafia.

Puse los ojos en blanco ante la risita de Nat por la dichosa broma de Jerry y vi que no me quedaba más remedio que responder a su pregunta.

- Por preguntar. Siempre está con vosotros. - añadí, recalcando el "vosotros". - Sois como una secta.

- Pero una secta que te hace reír. - dijo Kevin, provocando mi risa.

- Está en la biblioteca, "estudiando". - y tras responder, Johnny se echó a reír a carcajadas junto con Jerry y Kevin.

- ¿Schoomaker estudia? - pregunté.

Y más carcajadas aún. Después de reírse, siguieron desayunando como si nada. Yo me terminé el desayuno y decidí ir a buscar a Chris. Era un impulso loco, pero decidí ir. Necesitaba urgentemente hablar con él.

Al levantarme con la excusa de ir a por mis libros a clase, le hice una seña a Nat diciéndole que luego la veía. Nat, como si adivinara mis pensamientos, me sonrió. Salí del comedor sonriendo. Me dirigí segura hacia la biblioteca. Nada podría quitarme hoy mi sonrisa. Absolutamente nada.

Abrí la puerta de la biblioteca. La bibliotecaria, la no había llegado todavía. Recorrí las mesas en busca de Chris, pero no estaba en ninguna. Decidí mirar por las estanterías. Recorrí largas hileras de libros, pero Chris no se encontraba en ninguna. Decidí subir las escaleras del segundo piso. Subí las escaleras y seguí recorriendo las estanterías. Al caminar por el pasillo tropecé con algo blanco. Lo cogí y vi que era una camisa de hombre. En el bolsillo delantero de la camisa tenía bordado el escudo del colegio. Al doblar la esquina, me llevé la mayor sorpresa de mi vida. Una cabeza rubia que conocía muy bien se comía a besos a… ¡Blondie Fox!

Sin darme cuenta unas lágrimas silenciosas caían por mis mejillas. Me las limpié con una mano y salí corriendo de la biblioteca. Más lágrimas caían por mis mejillas. Me las volví a limpiar con la mano. Estaba enfadada. No, más bien estaba furiosa. Y mi furia iba contra Christopher Schoomaker. Sí, el tenía la culpa de todo. De que yo me estuviera volviendo loca por su culpa, de que hubiera llorado como una niña pequeña ayer y de que hoy volviera a llorar. De ser tan increíblemente idiota y aún más increíblemente guapo. De tener unos ojos en los que te perdías en ellos, azules como el mar… De tener a todas las chicas del colegio detrás, de ser un creído, de… ¡DE TODO! Seguro que hasta de provocar un desastre natural, del tipo una erupción de un volcán de Islandia.

Estaba muy cabreada con él. Sobre todo porque me había engañado. ¡Y yo me había dejado engañar como una niña pequeña! Tenía ganas de matarlo. No, mejor de dejarlo colgado de un poste y que se ahorcara allí mismo. O mejor aún, ¡castrarlo! Sí, ¡era brillante!

Pero al momento me remordió la conciencia. Maldita conciencia. En una cosa tenía razón. Las chicas me habían advertido que él era un rompecorazones, así que parte de la culpa de liarme con él era mía.

Pero de todas maneras tenía que hablar urgentemente con Nat. Corrí hacia fuera. Encontré por el camino a Nat, que caminaba al lado de Jerry. La cogí del brazo y tiré de ella mientras corría al edificio de clases. Nat se quedó sorprendida y corrió a mi lado. Llegamos al edificio de clases y corrí hasta llegar al cuarto de las escobas.

- ¿PARA QUÉ ME HAS TRAÍDO HASTA AQUÍ? - preguntó totalmente histérica.

- Porque… Mierda, con la carrerita me olvidé.

- ¡HELENA WILLIAMS!

- Vale, vale, ¡ya me acuerdo! Pues que iba yo toda contenta a ver a Schoomaker…

- ¡Lo sabía, lo sabía! - exclamó Nat muy contenta.

- Nat - dije, mirándola mal.

- Vale, vale, sigue contando.

- Pues voy yo a la biblioteca…y estaba buscando a Schoomaker…y no sabes lo que vi…

- ¿Qué viste?

- ¡A Schoomaker liándose con Blondie Fox!

- ¡No jodas!

- ¡No jodo! ¡Créetelo! ¡Y aún encima ayer me había besado a mí!

- ¡Que fuerte!

- ¡Esto exige venganza! ¡VENDETTA!

- Lena - dijo ella, mirándome mal a mí esta vez.

- Vale, vale ¡ya dejo de flipar! Pero tengo que vengarme. ¡Y tú me vas a ayudar!

- ¿QUÉEEEE?

- ¡Lo que oyes!

- Eh, yo tenía que irme a… ¡un lugar!

- ¡Natalie Weston!

- Ok, ok, te ayudaré. ¿Tienes pensado lo que quieres hacer?

- No… Pero lo descubriré - dije yo con una sonrisita.

Ella me miró mal, y yo volví a sonreír.

- ¿Puedes dejar de poner caras? - me preguntó con mala cara.

- Sí mami - le contesté con una gran sonrisa.

- ¡Y a clases!

- ¡Mierda!

Corrimos hacia la clase de Biología. Entramos y por suerte la profesora Linton no había llegado todavía. Me senté en mi sitio junto a Johnny. Guardé la fotocopia del examen bajo la mesa. La profesora Linton entró y comenzó a repartir los exámenes. Cuando terminó se sumergió en la lectura del periódico de esa mañana. Después de lo que me pareció un tiempo razonable de espera, cambié el examen y le entregué la fotocopia a la profesora. Nat hizo lo mismo, y justo cuando salíamos por la puerta entraron en clase Schoomaker y Blondie Fox. Él venía con unas marcas rosas fucsia de pintalabios muy sospechosas y la camisa desarreglada. La profesora empezó a gritarle enseguida:

- ¡Señor Schoomaker! ¡A usted no le da vergüenza llegar tarde al primer examen del curso! ¡Tiene usted un cero! ¡Lo mismo que usted señorita Clarkson! Y ahora siéntense en sus sitios.

Nat y yo nos fuimos a un aula vacía. Nos sentamos en un pupitre una enfrente de la otra mientras planeábamos todo para mi venganza contra Schoomaker. En un momento de brillantez, se me ocurrió una idea absolutamente genial.

- ¡Nat! ¡Lo tengo!

- ¿Que tienes?

- ¡Un plan! Pero necesito una hoja y un bolígrafo.

Nat me pasó una hoja y un bolígrafo y yo escribí una nota a Schoomaker. Después de escribirla fui a dejarla a su taquilla. Solo faltaba que me respondiera.

Chris P.O.V

Después de las clases, fui hasta la taquilla. Al abrirla una nota cayó al suelo. Era de Lena.

"Christopher:Necesito hablar contigo. Espérame en tu habitación a las 12.40.Lena"

Miré el reloj. Eran las 12.45, y los demás ya debían de estar en el comedor. Salí de allí y me dirigí a la residencia. Al llegar a la habitación, vi que estaba a oscuras. Al encender la luz vi que Lena estaba sentada en mi cama. Cerré la puerta y me senté a su lado.

- ¿Qué querías Lena?

Lena me besó y yo le correspondí. Enseguida ella me tumbó en la cama y me besaba en el cuello. Me quitó la camisa y la tiró a un lado. Yo le quité la camisa a ella, y vi que llevaba un sujetador rojo de encaje. La intensidad de los besos fue aumentando, así como mi deseo hacia ella. Ella me esposó a la cama y luego me quitó los pantalones. Después de besarme todo lo que quiso, se apartó y se comenzó a vestir.

- Lena, ¿qué haces?

- Nada especial. Cumplir mi venganza. ¿O ya no recuerdas que ayer me besaste y me dijiste que no sabías hasta que punto te gustaba y a la mañana siguiente te lías con Clarkson?

- Pero…

- Por cierto ¡sonríe! - dijo mientras cogía la cámara de fotos y me sacaba una foto. Después cogió un pañuelo y me lo ató en la boca, impidiéndome hablar - ¡Suerte con las esposas, Columbus!

Después de eso salió de la habitación con una sonrisita de triunfo. Miré mi aspecto. Tenía todo el cuerpo lleno de marcas de pintalabios de color rojo fuerte. Yankee Williams me las pagaría.

Lena P.O.V

El plan había salido perfecto. Schoomaker se lo había tragado todo, y lo mejor era que se quedaría ahí esposado hasta que alguien lo liberara. La situación resultaba bastante divertida. Cuando salí de la habitación, Nat me esperaba en la puerta.

- ¿Ya terminaste? ¡Que pronto acabas!

- ¡Nat! ¡No hemos hecho nada! Solo unos besitos de nada…

- Ya, ya. O sea, que sigues siendo…

- ¡Nat! - le contesté mirándola mal.

- ¡Si he dicho la verdad! - dijo ella.

La miré mal otra vez.

- Por cierto, ¿te he dicho que esta noche hay una fiesta? - me dijo ella cambiando de tema y haciendo caso omiso a mi mirada.

- No. ¿A que hora? - pregunté interesada.

- A las 12 y media de la noche. Ponte guapa. Y ahora, a comer, que tengo hambre.

- Ok glotona.

Johnny P.O.V

Cuando fuimos a comer, aparecieron a media comida Nat y Lena, pero de Chris no se sabía nada. Lena tuvo durante toda la comida una sonrisa permanente, pero no nos quiso decir el motivo. Cuando terminamos de comer, Kev, JJ y yo volvimos a nuestra habitación. Al llegar encontramos a Chris esposado a su cama, en ropa interior y con marcas de pintalabios por todo el cuerpo. Lo primero que hicimos fue reírnos a carcajadas, aunque a Chris no le hacía mucha gracia. Cuando terminamos de reírnos, Kev fue a desatar a Chris.

- ¡Me cago hasta en su prima decimonovena! ¡La odio! ¡Me las pagará! - gritó.

- ¿Quién te las pagará Chris? - le pregunté con algo de interés.

- ¡HELENA WILLIAMS! - gritó otra vez.

- ¿Qué le has hecho a Lena? - le preguntó Kev con calma.

- ¡Nada! ¡Ella me intentó violar! - respondió Chris.

- Chris, ¿no sería al revés? - bromeó Jerry.

- ¡Que no! Que vino aquí y parecía que quería hacerlo, y me esposó a la cama y se fue dejándome en "ese" estado y me sacó una foto. ¡Se la mandará a Fionna Catchpole para que la publique!

- Lena no es de esas. Además, ¿qué le has hecho para que te hiciera esto? - le preguntó Kevin. - Porque no creo que lo haya hecho sin motivo.

- Ayer la besé y hoy me acosté con Barbie Clarkson. - respondió.

- ¡Así que quitándole la inocencia a BC! - dijo Jerry

- De inocente tampoco tenía mucho, pero lo de Williams es diferente. Ayer la besé porque… no se, fue algo muy raro… la miré y no se me ocurrió otra cosa que besarla… ella me dijo "¿sabes una cosa Chris? No eres tan idiota como pensaba" y claro, la besé. Y hoy en la biblioteca me encontré con Barbie y bueno… la cosa surgió…

- Yo solo creo una cosa - le dije.

- ¿Qué cosa? - me preguntó Chris con interés.

- Que te gusta muchísimo Lena, más bien la adoras, pero aunque te guste muchísimo, no puedes dejar de lado tu papel de rompecorazones.

- Mentira, Lena no me gusta. - respondió él.

- La acabas de llamar Lena en vez de Williams. Eso significa que te gusta. - repuso Kevin con calma.

- ¡No! - y Chris se puso rojo. - ¡La odio, y me vengaré de ella por lo que me ha hecho hoy!

- Di lo que quieras, pero te mueres por Lena Williams, admítelo, y si no espera. Me apuesto lo que queráis a que antes de Halloween Chris se declara a Lena Williams. - añadió Jerry.

- Yo me apuesto que en la fiesta de cumpleaños de Barbie C. - dijo Kev.

- Yo que se le declara a Lena esta noche - añadí yo.

- Eso es apostar fuerte Johnny - me dijo Chris. - Pero acepto. De todas maneras, si pierdes, te declaras a la pelirroja.

- ¿A Charlie? - pregunté. Chris sabía que desde hacía dos años que estaba loco por Charlie, desde que me había ganado al billar.

- A la mismísima Hilton. Tú decides. - me dijo él.

- Acepto. - y nos estrechamos la mano cerrando la apuesta.

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